15.12.03

hallazgo literario

En la mañana del 25 de noviembre de 1972, sobre la mesa de trabajo de Alejandra Pizarnik (tras la sobredosis de seconal con la que se despidió del mundo), fue encontrado un papel con estos versos:

en el centro puntual de la maraña,
Dios, la araña.


Jorge Luis Borges escribió un poema, incluido en el libro “El otro, el mismo”, publicado en 1964, dedicado a la figura de Jonathan Edwards, teólogo y filósofo norteamericano, ejemplo de los puritanos que esgrimen la ira de Dios y la amenaza del infierno a los pecadores. Edwards murió en 1758 y no en 1785 (cifra que mantenemos en el texto transcripto) como se lee en la edición de Emecé de las “Obras completas”. Seguramente es un error tipográfico que originó la permutación de números. Pero lo que debe llamar la atención, son los dos últimos versos del poema que transcribimos a continuación, nuestro modesto aporte desde esta weblog.

JONATHAN EDWARDS
(1703-1785)


Lejos de la ciudad, lejos del foro
Clamoroso y del tiempo, que es mudanza,
Edwards, eterno ya, sueña y avanza
A la sombra de árboles de oro
Hoy es mañana y es ayer. No hay una
Cosa de Dios en el sereno ambiente
Que no lo exalte misteriosamente,
El oro de la tarde o de la luna.
Piensa feliz que el mundo es un eterno
Instrumento de ira y que el ansiado
Cielo para unos pocos fue creado
Y casi para todos el infierno.
En el centro puntual de la maraña
Hay otro prisionero, Dios, la Araña.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que casi nadie sabe este dato. Pero es cierto también que Miguel Dalmaroni lo señalo en un articulo de 1996, por otra parte, excelente: "Sacrificio e intertextos en la poesia de Alejandra Pizarnik", en Orbis Tertius1. Revista de teoria y critica literaria, La Plata, 1996, p. 96.

Marcelo De Biase dijo...

¡Al fin, algún comentario sobre este modesto "hallazgo"! Nos sorprendía que las notas sobre Pizarnik reproducieran estos versos y no identificaran al autor. Prometemos un post en la semana y gracias a "anónimo" por darnos este dato.

Anónimo dijo...

Definitivamente un interesante hallazgo, quién diría que ella pudo estar leyendo a Borges antes de morir... quizá estaba buscando algo sobre Edwards, y la ira de Dios...
Pizarnik siempre me ha parecido muy lejana a Borges, parece que no es así. Leyendo las Cartas de Cortázar, se ve una relación muy intensa entre Cortázar y Pizarnik, siempre me parecieron más afines. En fin... gracias por compartirlo.
Sergio Antezana

©Claudia Isabel dijo...

Un hallazgo realmente increible! no me hubiese imaginado a alejandra leyendo a borges...pero hasta donde se sabe sobre una persona, no?

Carmen López Iglesias dijo...

Hasta Borges debió quedar extasiado, si llegó hasta él lo que contenía el papel de la leyenda (yo siempre creí una leyenda eso del papelito con esos dos versos, pues nunca lo vi mencionado), ¡si es que Borges mismo se acordaba de palabras suyas en un poema escrito en el año 1964! (y máxime él que tenía en la memoria tanto y tanto)
Pero lo que las palabras de Pizarnik en su último apunte denotan, es la "preciosa precisión", como diría ella, con la que esta mujer se situaba ante las palabras... quitando lo que sobra para que mejor suene.
Escribe ella, deshaciéndose del prisionero:
"en el centro puntual de la maraña,
Dios, la araña".
Borges dijo:
"En el centro puntual de la maraña
Hay otro prisionero, Dios, la Araña".
Y que la poesía no es un soneto bien rimado
que tanto sabe a prosa,
sino un modesto pareado
que huele a rosas

Anónimo dijo...

Una diferencia entre los dos textos: Borges dice: hay otro prisionero, Dios, la araña: Dios como alguien que rinde cuentas a un ente aún superior y desconocido. En cambio Pizarnik escribe: Dios, la araña: Dios como un tejedor que nos atrapa en su red.